viernes, 30 de diciembre de 2011

Durmiendo con tu enemigo


A lo largo de mis años cargado de kilos innecesarios he dormido en las más diversas situaciones y compañías.

Al contrario que Cukecito no he sido nunca, ni seré, capaz de estar sin dormir 48 horas seguidas. Me niego a superar esa prueba de la que él presume, a veces, con aire estóico.

He dormido, y compartido dormitorio, con octogenarios, abuelos, abuelas pedorretas, porreros, sinvergüenzas, ladrones, y por supuesto, con sufridos padre y madre respectivamente. Asimismo con amigos, amigos de la infancia, compañeros de colegio, de catequesis, de convivencias, con mis hermanos, primos, sobrinos, novios de mis primas, amigos, novio de mi hermana, y asimismo con las mujeres que han sido mi pareja.

Con respecto a los sitios, he dormido en coches, en viajes en avión, en barcos, en hoteles, en la selva, en la playa, en la nieve, en cuarteles, en conventos, tiendas de campaña, al raso, en el sofá del salón, en algún suelo, y además en mi cama.

Con respecto a mi ropa de cama he dormido con saco de campaña, con saco de dormir, con sábana, sin sábana, con sábana de algodón, de seda, de raso, de franela, de papel. Con edredón de plumas. Con edredón acrílico. Con mantas de algodón. Con mantas de lana. Con mantas pesadas, con mantas ligeras. Con mantas del ejército e incluso con la manta de mi tío Jesús, de cuando estuvo interno en Valladolid, que pesaba una tonelada, pero que abrigaba un montón.


Pero con lo que nunca había compartido dormitorio y mi sueño, ha sido con un gato.

Con perros sí. De hecho, de mis mejores recuerdos de la infancia tengo el de Argos, perro simpático, con meteorismo y sinvergüenza, que no sólo se levantaba sobre sus patas traseras robando la comida del mostrador de la cocina en fechas señaladas (dejó sin merluza a mi abuelo , recién operado del estómago, en la cena de noche buena) si no que se colaba en la cama de quien fuera en el momento que encontraba una puerta abierta. A mi, de pequeño, si estaba en casa el animalito, de noche, me gustaba levantarme a abrirle la puerta para que se subiera a dormir conmigo. El resultado era que yo acababa en un lado de la cama y él en el otro. A cambio, me lamía los pies y la cara en el momento que sacaba algo por fuera de las sábanas. Gesto simpatiquísimo, que lejos de darme repugnancia, provocaba mi risa, y mayor cariño hacia el cánido.

Hoy, de Argos sólo tengo una gran foto, que vela mi sueño desde su marco en mi mesilla de noche

Pasados los años, casi cinco lustros, ha venido Baldomero Fernández, alias Buffer (léase báfer) que nunca ha querido dormir en mi cama, pero que si que se ha comido alguna zapatilla mía pero que cómo perro, ha respetado mi sueño y mi sitio.

En definitiva, digo, nunca he tenido mascotas de mi propiedad.


Con los gatos, la cosa es completamente diferente. Por lo visto, el jodido bicho por la noche se activa. No entiende lo que es el sueño reparador. Ni tampoco conoce el concepto "espacio vital del humano"

Ayer, fue mi primera vez con un gato: la noche comenzó cuando el colega marcó su territorio meando un poco en el edredón de la cama poco antes de irnos a dormir. Gato 1, humano 0. Humor del humano -5.

Posteriormente, una vez que el humano se ha metido en la cama y ha apagado la luz, el felino ha recorrido perimetralmente la habitación. Esto es, pasa por encima de tu cabeza, por el cabezal de la cama o directamente por encima de tu almohada, saltando a la mesilla de noche y desde allí intentaba engancharse a las cortinas de la ventana. Desde ese punto, salta al suelo, del suelo sube a la cama por los pies, y desde allí vuelve a dar una vuelta por la casa maullando.
Gato 2- humano 0. Humor del humano -6

Esa rutina, que yo me atrevo a llamar patrulla nocturna, le ha llevado gran parte de la noche. Ha pasado por encima de mi cabeza al menos tres veces, con lo cual calculo que al menos seis veces ha hecho su patrulla.

Gato 8- humano 0. Humor del humano -12

La manía del animalito no me molestaría demasiado si no fuera porque nunca sabes lo que está haciendo exactamente. Yo se que me ha mordido al menos una vez en la cabeza, y me ha clavado las uñas otra.

Gato 10 - humano 0. Humor del humano -14

El caso es, y es lo grandioso, que además el pequeño tigre tiene su manía, y es que, me ha despertado varias veces a lo largo de la noche. He llegado a la conclusión de que cada vez que mi humana persona empezaba a roncar, el gato se molestaba y me despertaba con sus saltos, afilada de uñas, maullidos y demás parafernalia gatuna, ya que además, el gato, tiene su lindo cascabel, que funciona de maravilla, sin fallar ni una sola vez. ¡¡No se atasca nunca!!

Gato 11 Humano 0. Humor -20

En fin, que me dicen que el gato ha pasado parte de la noche subido encima de mi, a veces dormido, velando mi sueño.

En este punto, Gato 20-humano 0. Humor del humano sube a -8 por el detalle de que el gatuno quiera estar, pese a todo contigo

Resultado final Gato 20 - Humano 0. Gana el gato por KO


De esa parte de que el gato ha dormido encima de mi no me he enterado, pero creo que los gatos y yo tenemos poco en común a la hora de compartir dormitorio, cosa que sí que se que tengo con los perros, en especial, con la memoria de mi querido Argos

lunes, 5 de diciembre de 2011

Kinder-garden Tagore




Debo de ser uno de los pioneros en eso de pasar mis primeros años escolares, antes de los seis años, en lo que ahora se llaman Guarderías, y que antes eran "Jardines de Infancia". El mío se llama o se llamaba Kinder Garden Tagore. Hasta la denominación Kinder Garden era novedosa en esa época de la serie Cuéntame

Hablaré poco del mío. Tengo pocos recuerdos y muchos malos y sobre todo una sensación : ABURRIMIENTO

Así que, a otra cosa, mariposa:

Mi trocito de cielo siempre dice "quien con niños se acuesta..." y es por su frase, y porque ahora me ando con niños de distintas edades, unos de 5 y otros de 75 que tengo que hacer mi post a este respecto.

Aunque parezca mucha la diferencia entre mis niños de 5 y los de 75, son muchas las cosas que les unen y sólo una las que les separa y esta es el número de días que se han levantado por la mañana.


Este fin de semana he estado con mis niños. Y voy a intentar sacar una lista de lo que supone ir con unos u otros.


- un niño de 5 años te pide que le montes su tren eléctrico
- un niño de 75 años te pide que le montes su tren eléctrico

- un niño de 5 años, cuanto montas su tren eléctrico, rompe sin querer alguna pieza
- un niño de 75 años, cuanto montas su tren eléctrico, también rompe alguna pieza

- un niño de 5 te pide que le arregles su bicicleta
- un niño de 75 te dice que le mantengas su coche

- un niño de 5 años, con sus herramientas de juguete, estropea el manillar de la bicicleta
- un niño de 75 años, con su herramienta de la tienda del chino de todo a 100, estropea la caja de la bateria de su coche


- un niño de 5 años, te pide que le arregles su bicicleta
- un niño de 75 años intenta arreglar el coche


- un niño de 5 años, juega a arreglar su bicicleta
- un niño de 75 años, juega a hinchar las ruedas del coche con su hinchador manual

- con un niño de 5 años, te tocará arreglarle a bicicleta, cosa de nada
- con un niño de 75 años, después de que juegue a hinchar las ruedas del coche con su hinchador manual, te tocará hincharle las ruedas del coche en la gasolinera. Mejor aún si es un día que llueve. Cosa un poco más grave


- un niño de 5 años, como no puede, te obliga a recoger su tren eléctrico
- un niño de 75 años, como no puede, te hace que le recojas su tren eléctrico

- un niño de 5 años no sabe lo que quiere en un restaurante
- un niño de 75 años pide de todo en un restaurante

- un niño de 5 años no puede acabarse todo el menú en un restaurante.
- un niño de 75 tampoco

- un niño de 5 años se encapricha una y otra vez con la misma clase de juguete
- un niño de 75 años se encapricha una y otra vez con la misma clase de paraguas

- un niño de 5 años siempre te regala un dibujo del colegio
- un niño de 75 años siempre te regala un paraguas como el suyo, o una maquinilla de afeitar como la suya. Como tiene muchas, el regalo se repite

- un niño de 5 años se pone nervioso cuando reparten golosinas por si no le dan
- un niño de 75 años se pone nervioso por si se queda sin flan en el restaurante

- un niño de 5 años pregunta muchas veces por lo que quiere
- un niño de 75 años pregunta muchas veces por su flan en el restaurante

- un niño de 5 años te aturulla y te hace perder el hilo
- un niño de 75 años aturulla al camarero del restaurante, le hace perder el hilo, y éste, el camarero, acaba trayendo el flan antes que el segundo plato

- un niño de 5 años puede hacer morir a su mascota por darle mucho de comer
- un niño de 75 años casi mata a su mascota por darle mucho de comer de lo que no debe

- un niño de 5 años sueña ir al parque a ver a sus amigos
- un niño de 75 años sueña con ir a la comida anual con sus amigos

- un niño de 5 años se pasaría el día viendo en televisión su dibujo animado favorito
- un niño de 75 años se pasaría el dia viendo en televisión su película de indios y vaqueros favorita

La relación es extensa, y la tengo apuntada por ahí. Así que por el momento pongo puntos suspensivos y prometo, esta vez, continuar

A ver, a ver